El aburrimiento de lo perfecto Durante años toqué en bandas aficionadas. Acabé dejándolo porque me aburría. Me aburría la necesidad de perfección, que por otro lado no estaba a nuestro alcance, cuando a mí lo que me interesaba era la parte creativa. Componíamos algo, le poníamos letra, trabajábamos un poco unos arreglos, ensayábamos cuatro o cinco veces, ocasionalmente lo tocábamos en público y ahí empezaba a perder el interés. Porque ya no se trataba de algo creativo sino de pulir aristas por repetición.
Leyéndote me he acordado de el Elogio de la Imperfección, la autobiografía de la científica Rita Levi-Montalcini y como decía que la imperfección es uno de los motores de la humanidad, que nos hacía superarnos por lo que ella eligió la imperfección como modo de vida personal y profesional
Leyéndote me he acordado de el Elogio de la Imperfección, la autobiografía de la científica Rita Levi-Montalcini y como decía que la imperfección es uno de los motores de la humanidad, que nos hacía superarnos por lo que ella eligió la imperfección como modo de vida personal y profesional