El nordeste de Italia es la zona que más conozco del país. Por supuesto, pensarán bastantes de los que me conocen, Anna es de allí. Sí, pero no. Es decir, sí, es de allí. Claro que es de allí. Pero mi relación con la zona viene de antes.
Alguna vez lo he contado ya: en algún momento de mi vida anterior alguien me dejó una casa en Onigo, a medio camino entre Treviso y los Alpes, durante algo más de un mes que aproveché para moverme por toda la región y un poco más allá.