Hace años que vuelvo a Cádiz con cierta frecuencia. Es una ciudad en la que me encuentro muy a gusto. Será por el clima -salvo cuando hay un levante cabezón- será por los amigos que, tras tanto ir y venir, tengo allí; será por los lugares a los que regreso y empiezan a ser familiares.
Es verdad que decir que te gusta Cádiz es casi un tópico, a estas alturas, pero es que en este caso es lo que hay. Y es cierto, también, que la ciudad ha ido perdiendo parte de su encanto a manos del turismo desbocado. Nada que no ocurra en otras ciudades, lo cual no le quita ninguna gravedad ni lo hace menos triste.